25 ene 2013

JUEGO DE TRONOS: Qué clase de brujería es esta...

Lo intuía. Lo sabía. Una vez que abriera ese pedazo de libro por primera vez sería incapaz de hacer otra cosa que leerlo hasta llegar a la última página. Pero no puedo permitírmelo, ¿saben? Tengo que hacer otras cosas además de perderme en aquellas cientos de hojas...

La vida es eso que pasa mientras te sumerges en los Siete Reinos que George R. R.Martin se ha inventado, junto con sus intrincadas y jodidas casas reales y las tramas que van surgiendo en el camino.

¿Que si la saga Canción de Hielo y Fuego me ha atrapado? Pues sí, creo que sí… ¡por supuesto que sí! Es más, vayamos directo a la blasfemica comparación y digamos que la prosa de Martin me enamora más que la de Tolkien, por poner un ejemplo chiquito y abusivo (y eso ya es decir muchísimo). Y es que siempre pensé que algo parecido iba a encontrar entre ambos autores. Error total. Y eso que no voy ni a la mitad del libro. ¡¡¡NI A LA MITAD DEL PRIMER LIBRO!!! ¡¿Qué han hecho con mi vida, eh?!

Sabía que esto pasaría, lo veía venir a lo lejos, lo intuía desde el principio; por eso tardé tanto en empezar a leerlo. Por eso no me atreví a comprar Juego de Tronos cuando lo vi en oferta en Sanborns en enero del año pasado y en cambio me traje 1Q84 de Haruki Murakami por el mismo precio. Sabía de antemano que una vez que cayera Juego de Tronos, después caería Choque de Reyes, Tormenta de Espadas y etcétera; y están algo caros como para permitirme ese lujo en estos tiempos. ¡Joér, pero si ni siquiera con Harry Potter llegué a tanto! Me estoy haciendo mayor o algo, ¡qué alguien me explique esto!

Es nada más echarle un vistazo a mi timeline de Twitter en los últimos días y morir de aburrimiento por lo poquito que lo he actualizado. (Facebook no cuenta porque entro un par de minutos al día, solamente.) Me he descontado totalmente de esa pestañita que tengo abierta en mi navegador desde que enciendo mi laptop y básicamente me entero poco de lo que ocurre en el mundo. Sí, porque es en Twitter donde me entero de todo. Es el barrio chismoso más grande del planeta, sin exagerar. Vaya drama, ¿no? Me acabo enterar hace unos minutos que la Florence Cassez ya está en Francia y me he quedado un rato choqueada creyendo que había viajado 60 años en el futuro mientras leía el libro del Martin ese. A estas alturas no sé si Hugo Chávez vive o muere. Estoy casi segura que vive. Es más, estoy casi segura que regresará caminando a Venezuela en un par de días. De hecho, tal vez ya esté en Venezuela. Así de bonita es mi vida. En la ignorancia internacional por culpa de un libro. No me preguntes de los Windsor o de los Borbón porque no te sabré decir ni con quién están casados ni a dónde van de vacaciones cuando se aburren en sus palacios, pero nada más menciona a los Stark, a los Lannister o a los Baratheon y entonces te diré todo el árbol genealógico con vivos y muertos incluidos (y uno que otro culebrón entre familias reales). En serio, soy peligrosa. Alguien quíteme este libro de las manos, por favor.

Mañana sufriré mucho, lo estoy intuyendo desde este momento. Me toca trabajar de 2:00pm a 10:00pm y no puedo darme la oportunidad de llevarme el libro. De lunes a viernes estoy trabajando sola y atiendo a unas diez personas al día. El sábado o domingo trabajo junto con otro grupo de compañeros y tengo que atender a más de 60 clientes y el lugar donde estoy es chiquito. Vamos, que no puedo sacar un tocho de 800 páginas sin llamar la atención hasta del vigilante del centro comercial de enfrente. Eso, más el ruido de los autos, la música, la demás gente, los teléfonos sonando… no son la mejor combinación para leer un libro como este; mejor me espero a llegar a casa y leer un par de capítulos hasta que se me cierren los ojitos de sueño. En cambio me llevaré 1984 de George Orwell. Ya voy a la mitad y es sencillito de leer.

Y desde una vez diré que dudo mucho pero MUCHO que alguno de estos dos libros consigan mi opinión personal en mi miniblog “El rincón de los libros sin leer”; lo siento pero no. Tengo mis motivos para no reseñarlos ni dar opinión alguna más allá de mencionar que me gustaron. Ambos me están gustando a mares (dejando la fanaticada de la saga antes mencionada) y creo que con decir eso basta. El libro de Orwell es un clásico de la literatura; imposible hablar de las distopías sin recurrir a él. Hay lectores que tiene arte para desmenuzar cada página y entrar en la mente de este autor que a mí me dejan anonadada. Yo no puedo y por eso ni lo intento. Y el primer libro de la saga de Canción de Hielo y Fuego no lo reseñaré sencillamente porque mi obsesión no me lo permitiría; caería en una lluvia de halagos sin reparar en los defectos y no creo que eso sea muy bueno porque tiempo después leeré la reseña y veré en qué fallé y con qué tintes exageré todo; me ha pasado antes.

De una vez diré que aun no veo la serie de HBO a pesar de que tengo muchísimas ganas de hacerlo (quizá desde su estreno) pero al igual que el libro también me detengo. Primero quiero leer Juego de Tronos y luego ver la primera temporada. La tercera se estrena a finales de marzo si mal no recuerdo y ahora que ya sé quiénes son los protagonistas y he empezado a conocer la trama tendré que tener cuidado al andar por Twitter o Tumblr y evitar la mayor cantidad de spoilers con fotos promocionales incluidas. Ay, algo muy difícil tomando en cuenta que casi todas las personas a las que sigo en Twitter son muy fans de la saga. Tengo muchísimas ganas de verla en alta calidad así que probablemente me compre los DVD’s en Sanborns porque frecuentemente los ponen en ofertas bestiales. Ahora mismo los pueden comprar a mitad de precio y miércoles y jueves el envío es gratis y por DHL. Les juro que Sanborns no me paga ni un centavo por andar promocionando estas cosas (¡Ya quisiera!), pero para mí su servicio siempre ha sido estupendo y mientas no me fallen estoy en paz con ellos.

En serio, tengo que dejar de hablar tanto en mi blog. xD

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