7 may 2012

¡Maru vs el malvado alacrán gigante!

Maru —el gatito que adoptamos poco después de la muerte de Kenny— ya tiene casi cuatro meses y cumple muy bien la función de divertir a Umi y mantenerla ocupada. Bastante ocupada. MUY OCUPADA. Nuestra perrita es paciente, maternal y amorosa así que aguanta todas las travesuras y disparates que se le pueden ocurrir a un cachorro tan pequeño como Maru ♥. Eso sí, hace unos días el bodoque nos dio el susto de nuestras vidas cuando tuvo la osadía de enfrentarse con un alacrán. 

El ego de Maru es tan grande como una catedral, sólo equiparable al ego de Chuck Norris y el dios Eolo, y pensó que el universo mismo conspiraría para darle la victoria definitiva sobre el alacrán... cosa que por supuesto no ocurrió... porque yo lo impedí, ¡MUAHAHAHAHA!. 

Les contaré cómo estuvo el asunto: Umi y Maru duermen en la sala y para evitar que entren a las habitaciones les cerramos las puertas; nunca nos han dado problema con eso porque ambos se hacen compañía y no se sienten solitos. Por otra parte, la humanidad que vive en esta casa se va a la cama mucho más temprano que la extraterrestre que les está narrando esta historia (yo pego el ojo a las 2 ó 3 de la mañana). Así que la madrugada del fatídico encuentro yo era la única despierta un kilómetro a la redonda (porque obviamente vivo en un desierto). 

Mientras navegaba por los mares embravecidos del ciberespacio escuché a Umi ladrar y arañar la puerta, cosa que usualmente nunca hace, así que después de pedirle que se callara y escuchar que seguía insistiendo decidí salir, pensando ingenuamente que tal vez deseaba ir al baño. Me resultó extraño encontrarla inquieta, porque déjenme decirles que Umi mantiene su porte de perra tranquila aunque su vejiga esté a punto de reventar; aun así yo le veía pintado un letrero sobre su cabecita que decía "NECESITO IR AL BAÑO AHORA MISMO". Tomé las llaves y mientras abría la puerta busqué a Maru con la mirada para sostenerlo antes de que Umi saliera (porque tiene la costumbre de correr fuera de la casa), pero mi sorpresa fue ver que ni Umi ni Maru estaban en el pasillo esperando a que les abriera. Les llamé, pero ninguno contestó; imaginé que probablemente estarían en la cocina intentando cazar algún ratón así que estuve a punto de dirigirme hacia allá cuando me tope con Umi al salir del pasillo, cerca del baño; fue entonces cuando me di cuenta que la puerta del baño estaba abierta cuando usualmente la manejamos emparejada. Umi insistía en entrar al lugar así que decidí seguirla.

Cuando entré vi a Maru en la mitad del baño, en posición de ataque... quería saltar, pero no veía muy bien qué era lo que llamaba su atención. Me acerqué más y entonces tuve más clara la imagen: una cosita peluda a un puñado de centímetros de él. Al principio creí que se trataba de una tarántula (¡tenía muchos pelos!) pero despues ví cómo la cosita peluda levantaba la cola y apuntaba a Maru, ¡ERA UN JODIDO ALACRÁN DEL TAMAÑO DE MI LIBERTAD! Y a mi se me subió el azúcar, la presión, la bilis y todo lo que puede subirse en un ser humano y orillarlo a un colapso físico y mental.

Al principio no supe qué hacer: si intentar matar al alacrán o tratar de evitar que Maru saltara encima de él pero aproveché un descuido de Maru en el que me volteó hacía mi para cargarlo mientras con una mano ponía una cubeta vacía encima del alacrán. Obviamente poner una cubeta vacía encima de tamaño animalón no sirvió de mucho y me las tuve que ingeniar para sacar a Maru y Umi del baño y regresar pronto para darle matarile al alacrán (si supiera cómo dejarlo vivo sin que sea peligroso lo hubiera hecho, lo juro v___v).

Como no pude matarlo con la cubeta tuve que tomar un martillo y zaz, una y otra vez hasta que murió. Pobrecillo. :(

Ésta ha sido la primera experiencia dramática con Maru pero lo curioso es que mientras escribía esta entrada (¡TARDÉ DOS SEMANAS EN ESCRIBIRLA, JAJAJA!) el bodoque se resbaló mientras jugaba y cayó sobre una de sus patitas traseras y se lastimó muy feo. Toco llevarlo a su primera visita con el veterinario para comprobar si se había fracturado algún dedito o sólo era el terrible dolor provocado por algún nervio. Por fortuna sólo fue el susto y el dolorcillo. Le pusieron inyección para desinflamar y pastillas para el dolor y de pilón le pusieron la vacuna para la Leucemia Felina. El 25 tocará ponerle la vacuna polivalente, después la de la rabia y finalmente a los seis meses tocará esterilizarlo.

Qué divertido es tener un gatito, ¿verdad, Umi? :)

Notita chiquita: Dentro de unas horas (8 de mayo) Misty cumple un año y Kenny 4 meses de haber fallecido. Nunca olvidaré a esos angelitos que me alegraron la vida durante tanto tiempo. 

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. Está muy fumado, tengo que admitirlo. Y va a ser todo un vago el condenado, por eso queremos operarlo lo antes posible. ¡No queremos que se vaya! :'))))

      Eliminar

¡Gracias por dejar tu comentario! :)