31 ago 2014

La culpa no la tuvieron las estrellas... mis gustos son otra cosa.

Ni siquiera tengo ganas de escribir esto porque hasta me da un poquito de pena el asunto, pero ahí va.

A veces, cuando llego a la última página de un libro súper-mega-recomendadísimo por una cantidad inmensa de seres humanos que pululan por la red miro al horizonte durante largos minutos preguntándome muy en el fondo si hay algo malo en mi forma de leer o en mi manera de entender ciertas lecturas. A veces me pregunto si no soy demasiado fría, indiferente o ciega a las emociones humanas. Pero luego llegan esas novelas que me demuestran que no, que no soy una insensible asocial que repele todo aquello que enternezca a las personas. Que mi desolación autoimpuesta por decisión propia, junto con mi aberración a los abrazos, a los besos y a las frases cursis nacida de mentes enamoradas, puede derrumbarse sin miramientos ni objeciones cuando cierto autor se desvive entregándome una historia conmovedora y tierna sin que ésta raye en la absoluta oscuridad del inverosímil romanticismo. Por desgracia, Bajo la misma estrella no es una de esas novelas y John Green no es uno de esos autores. Y digo “por desgracia” porque para mí sí es una desgracia.

Quería tanto que me gustara este libro que estoy empezando a creer que mis gustos literarios son tan bizarros y torcidos a tal grado que ya no sé qué pensar de la novela romántica/juvenil como género (que nunca me ha llamado la atención). Como mencioné anteriormente, Bajo la misma estrella me la recomendaron hace ya un par de años junto con La ladrona de libros y Las ventajas de ser invisible; una triada de historias que ya cuentan con sus respectivos largometrajes. La primera decepción llegó de la mano de Las ventajas de ser invisible, la única novela epistolar que he leído en la vida y la única también que me quitó las ganas de leer otra. Además, a lo largo de todo el libro tuve ganas de abofetear al protagonista para sacarlo del transe en el que yo creía que estaba metido, lo cual no creo que sea muy saludable. Tiempo después, cuando llegué a la última página y miré todo desde una perspectiva general, tuve ganas de abofetearme a mí porque tardé 48 horas (sí, las conté) en entender que tal vez el problema no era la novela sino yo, como lectora. Lo expliqué por acá. Sin embargo, después llegó La ladrona de libros, que ni siquiera sé en qué maldito género meterlo, pero infantil no era, eso lo puedo asegurar. Pensé que con la novela de Markus Zusak sentiría la misma mezcla de ternura y ansiedad que me guió a lo largo de las páginas de El niño con el pijama de rayas, escrito con una prosa fresca y clara; entendible para niños, dura para adultos. Pero no, La ladrona de libros fue diferente. Conmovedora hasta decir basta, pero diferente. Preciosa, sublime y diferente. Si eso era literatura juvenil quería probar más. Así que Bajo la misma estrella llegó a mis manos y la leí en menos de 8 horas. He terminado hace unos minutos, pero duré un buen rato mirando la pared y preguntándole a mi cabeza por qué razón había dejado a un lado El viento de la Luna para leer esto. Y miren que seré sincera: este libro que acabo de mencionar —que también está narrado en primera persona, como el de Green— ha rebasado ya la centena de páginas leídas por mis ojos y hasta el sol de hoy parece que no ha pasado nada (o no va a pasar nada, yo qué sé) pero la narrativa de Antonio Muñoz Molina me ha atrapado tanto en la cotidianidad del paisaje rural español suspendido en un tiempo histórico a mediados de julio de 1969 que no me había dado cuenta que 115 páginas después SIGUE SIN PASAR NADA, salvo un tipo anciano y arrogante que, valga la redundancia, está muriéndose de cáncer.  

La novela de John Green no me pareció mala, ni mucho menos aburrida, claro que no. Si ese hubiera sido el caso, créanme que no hubiera tardado 8 horas en leerla. Sin embargo, no puedo ver aquello que la hizo tan especial; no encuentro el toque mágico, la esencia misma que me encogería las entrañas o dispararía una docena de mariposas en mi estómago. El lápiz con el que, con todo mi optimismo a cuestas, pensé señalar una que otra frase que se me clavaría en el cerebro como un taladro jamás fue usado. Trescientas páginas encima y no señalé ninguna frase. Ni una sola. ¡No sé qué carajos estaba esperando, sinceramente! xD Pero me quedé como novia de rancho, y ahora cuando miro el libro de reojo es como si estuviera a punto de gritarle que me diera aquello que nunca vi llegar ¿Pero qué esperaba? Sigo sin saberlo ¿Será acaso que jamás en mi vida he estado enamorada? ¿Tendrá algo qué ver eso? ¿Será que cuando busco amor en la ficción (ya sea manga, película, libro, anime, TV Show) siempre deseo que sea sutil, sin frases cursis de por medio, con una madurez que en la juventud no se puede aparentar? ¡Joder! Me frustra no saberlo porque siento que me estoy perdiendo de algo importante. Algo que todos captan, menos yo, y eso jode un poquito por dentro. ¿Seré ciega a las emociones humanas? ¿A las que se demuestran, se sientes, se dicen? Aunado a eso viene el hecho de pensar que un clásico romántico tampoco me gustaría y recuerdo mis ganas inmensas de leer Orgullo y prejuicio, y el terror que me produce pensar que quizá también me podría decepcionar sólo consigue darme escalofríos y DRAMA: eso evita que compre el libro.  

¿Por qué quería que me gustara el libro? Porque conozco a John Green desde antes de saber que él era John Green. Tengo años siguiendo sus vlogs en el canal de YouTube que comparte con su hermano y he aprendido tonelada de cosas con sus videos, sobre todo donde trata temas contemporáneos e históricos (sí, sí, yo soy de las que sigue fielmente canales en YouTube cuya vida laboral de sus autores ignora por completo). Así que cuando muchos blogs literarios comenzaron a hablar de la magnífica y conmovedora historia que había nacido de la mente de Green sentí una necesidad latente de leerla, sobre todo por el cariño que le tenía al tipo de los videos entretenidos que veía algunas noches antes de dormir. Mi decepción a la hora de leer el libro sólo es equiparable a aquella que sentí cuando leí El código da Vinci de Dan Brown, que fue, no una decepción del libro en sí, pues no ofrecía más de lo que decía, sino de las grandes expectativas, alabanzas y polémicas que se originaron a su alrededor cuando su popularidad estaba en pleno auge.

Ni las metáforas, ni el Okay, ni el viaje a Ámsterdam, ni la visita a la casa de Ana Frank, ni la muerte de aquel que se tenía que morir, me conmovieron en lo más mínimo. No sentí una punzada en el corazón cuando llegué al capítulo 21, y no lloré a lágrima tendida cuando me topé con la última página de la novela… ¿seré una insensible sinvergüenza? ¿Por qué no sentí la necesidad de verter en palabras y post larguísimos (como me ha sucedido antes) una historia que debería resultarme conmovedora? ¿Podría ser posible que existan canciones de cuatro minutos que me conmuevan más que este libro de trescientas páginas? ¿Episodios que logren erizarme tanto la piel que me olvido de ser persona por cinco días? A favor de la historia puedo decir que aun no veo la película (ya la vi; actualización abajo). Quizá, al igual que con Las ventajas de ser invisible, resulte que el largometraje logre llegarme allá donde en páginas no funcionó. Si pienso en La tumba de las luciérnagas o en The Plague Dogs siento que me mareo por el simple hecho de evocarlas, y me niego a verlas con renuencia pues sé que me conmoveré hasta las lágrimas apenas comiencen sus primeras escenas. Third Star (hablando de jóvenes que están muriendo de cáncer) consigue hacerme llorar océanos y aun no me decido si es porque el protagonista está muriendo o por la valiente decisión de quitarse la vida con la ayuda de sus amigos después de viajar hasta su lugar favorito que queda por donde Cristo se olvidó que era el Mesías. Eso me comprueba que no soy una despreciable persona ¿verdad? o___o

Vale, como estoy viendo que este post no tiene ni pies ni cabeza ni nada, mejor trato de ir al grano aunque sea un ratito: El libro no me desagradó en lo absoluto, simplemente no era lo que yo esperaba. La narrativa de John Green es dinámica, ágil, fresca, sencilla, franca. Juvenil. El tipo lanza una pluma al aire y a ti sólo te queda seguirla, por eso sus libros se leen rápidamente. Leer uno de sus trabajos es como ver alguno de sus videos: se disfrutan porque son breves y los entiendes. Me gusta la actitud de los personajes. No santificar a las personas con cáncer fue uno de los mayores aciertos del libro. Los enfermos terminales siguen siendo humanos, así que gracias por reafirmarlo. John Green no ahonda en explicaciones, no gasta tinta en describirte a viva voz un lugar o la esencia misma que envuelve un personaje más allá de lo estrictamente necesario (para mi uno de sus mayores fallos, pero esto es meramente personal), simplemente te cuenta una historia y a ti sólo te queda escucharla hasta el final… y creo que no hay nada de malo en ello. Por eso entiendo por qué a la gente le conmovió, lo que no entiendo es por qué no me conmovió a mí en lo absoluto. Punto y aparte: eso de traducir el dude por güey y bullshit por pendejadas, me pareció horroroso, querida editorial. No me quedaron ganas de volver a leerlo en un futuro cercano, ni siquiera sabiendo la cantidad de guiños que pueden encontrarse a lo largo de toda la novela (gracias por ese video Fa, una joyita :). 

Así que, si esta es la mejor novela que tiene John Green creo que mejor seguiré viendo sus videos. No es nada personal, es sólo un punto de vista. Respeto a aquellas personas que se sintieron profundamente conmovidas por la historia y seguiré preguntándome por qué a mí estas novelas me resultan extremadamente empalagosas y sencillas. Seguramente debe de existir una palabra para describir la aversión a todo lo romántico, ¿no? ._. ¡Y ahora, a leer Donde los arboles cantan! ¡Miedo me da todo! :D
EDITADO: He visto la película y opinado un poquito de ella en el blog. Me ha gustado a tal grado de atreverme a leer el libro en algún momento de mi vida otra vez pero ahora desvirtuando a los personajes, que en la película me han parecido monisimos y todo xD.

(credits).

4 comentarios:

  1. Aprovecho para recomendarte los libros que personalmente he tenido oportunidad de leer (en pdf) ya que por diversas razones no he podido hacerme físicamente de ellos, los títulos son:

    Flavia de los Extraños Talentos (la serie consta de 5 libros pero hasta la fecha se han publicado 3, de los cuales he leído 2)

    El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares (Ya está disponible una continuación bajo el título de "Hollow City" pero yo sólo he leído la primera parte)

    La información y los links para descarga los encuentras en mi blog o en mi perfil de Identi

    Saludos

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  2. Has visto la peli? dime que la has visto!! disfrute mas la peli que el libro, lo juro. Espero que la veas y me digas que tal te parecio. Saludines :))))

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    Respuestas
    1. ¡Hola, Lucy! Gracias por tu comentario.

      Sí, ya he visto la película. Y sí, me ha gustado mucho más que el libro sencillamente porque John Green tiene un estilo narrativo bastante sencillo que personalmente encuentro demasiado vacío para mi gusto (y un tanto predecible) si uno quita eso y lo lleva a la pantalla grande con una buena adaptación del guión y un buen grupo actoral pues vaya, sí que conmueve. He explicado un poquito más (pero un poquito solamente) en el post que le sigue a este.

      ¡Un saludo! :))))

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