Lo
intuía. Lo sabía. Una vez que abriera ese pedazo de libro por primera vez sería
incapaz de hacer otra cosa que leerlo hasta llegar a la última página. Pero no
puedo permitírmelo, ¿saben? Tengo que hacer otras cosas además de perderme en
aquellas cientos de hojas...
La
vida es eso que pasa mientras te sumerges en los Siete Reinos que George R. R.Martin se ha inventado, junto con sus intrincadas y jodidas casas reales y las
tramas que van surgiendo en el camino.
¿Que
si la saga Canción de Hielo y Fuego me ha atrapado? Pues sí, creo que sí…
¡por supuesto que sí! Es más, vayamos directo a la blasfemica comparación y
digamos que la prosa de Martin me enamora más que la de Tolkien, por poner un
ejemplo chiquito y abusivo (y eso ya es decir muchísimo). Y es que siempre pensé
que algo parecido iba a encontrar entre ambos autores. Error total. Y
eso que no voy ni a la mitad del libro. ¡¡¡NI
A LA MITAD DEL PRIMER LIBRO!!! ¡¿Qué
han hecho con mi vida, eh?!
Sabía
que esto pasaría, lo veía venir a lo lejos, lo intuía desde el principio; por
eso tardé tanto en empezar a leerlo. Por eso no me atreví a comprar Juego de Tronos cuando lo vi en oferta en Sanborns en enero del año pasado y en cambio
me traje 1Q84 de Haruki Murakami por el mismo precio. Sabía de antemano que una
vez que cayera Juego de Tronos, después caería Choque de Reyes, Tormenta de Espadas y etcétera; y están algo caros como para permitirme ese lujo en estos
tiempos. ¡Joér, pero si ni siquiera con Harry Potter llegué a tanto! Me estoy
haciendo mayor o algo, ¡qué alguien me explique esto!
Es
nada más echarle un vistazo a mi timeline de Twitter en los últimos días y
morir de aburrimiento por lo poquito que lo he actualizado. (Facebook no cuenta
porque entro un par de minutos al día, solamente.) Me he descontado totalmente
de esa pestañita que tengo abierta en mi navegador desde que enciendo mi laptop
y básicamente me entero poco de lo que ocurre en el mundo. Sí, porque es en
Twitter donde me entero de todo. Es el barrio chismoso más grande del planeta,
sin exagerar. Vaya drama, ¿no? Me acabo enterar hace unos minutos que la
Florence Cassez ya está en Francia y me he quedado un rato choqueada creyendo
que había viajado 60 años en el futuro mientras leía el libro del Martin ese. A
estas alturas no sé si Hugo Chávez vive o muere. Estoy casi segura que vive. Es
más, estoy casi segura que regresará caminando a Venezuela en un par de días.
De hecho, tal vez ya esté en Venezuela. Así de bonita es mi vida. En la
ignorancia internacional por culpa de un libro. No me preguntes de los Windsor
o de los Borbón porque no te sabré decir ni con quién están casados ni a dónde
van de vacaciones cuando se aburren en sus palacios, pero nada más menciona a
los Stark, a los Lannister o a los Baratheon y entonces te diré todo el árbol
genealógico con vivos y muertos incluidos (y uno que otro culebrón entre
familias reales). En serio, soy peligrosa. Alguien quíteme este libro de las
manos, por favor.
Mañana
sufriré mucho, lo estoy intuyendo desde este momento. Me toca trabajar de
2:00pm a 10:00pm y no puedo darme la oportunidad de llevarme el libro. De lunes
a viernes estoy trabajando sola y atiendo a unas diez personas al día. El
sábado o domingo trabajo junto con otro grupo de compañeros y tengo que atender
a más de 60 clientes y el lugar donde estoy es chiquito. Vamos, que no puedo
sacar un tocho de 800 páginas sin llamar la atención hasta del vigilante del
centro comercial de enfrente. Eso, más el ruido de los autos, la música, la
demás gente, los teléfonos sonando… no son la mejor combinación para leer un
libro como este; mejor me espero a llegar a casa y leer un par de capítulos
hasta que se me cierren los ojitos de sueño. En cambio me llevaré 1984 de
George Orwell. Ya voy a la mitad y es sencillito de leer.
Y
desde una vez diré que dudo mucho pero MUCHO que alguno de estos dos libros
consigan mi opinión personal en mi miniblog “El rincón de los libros sin leer”;
lo siento pero no. Tengo mis motivos para no reseñarlos ni dar opinión alguna
más allá de mencionar que me gustaron. Ambos me están gustando a mares (dejando
la fanaticada de la saga antes mencionada) y creo que con decir eso basta. El
libro de Orwell es un clásico de la literatura; imposible hablar de las distopías
sin recurrir a él. Hay lectores que tiene arte para desmenuzar cada página y
entrar en la mente de este autor que a mí me dejan anonadada. Yo no puedo y por
eso ni lo intento. Y el primer libro de la saga de Canción de Hielo y Fuego no
lo reseñaré sencillamente porque mi obsesión no me lo permitiría; caería en una
lluvia de halagos sin reparar en los defectos y no creo que eso sea muy bueno
porque tiempo después leeré la reseña y veré en qué fallé y con qué tintes exageré
todo; me ha pasado antes.
De
una vez diré que aun no veo la serie de HBO a pesar de que tengo muchísimas
ganas de hacerlo (quizá desde su estreno) pero al igual que el libro también me
detengo. Primero quiero leer Juego de Tronos y luego ver la primera temporada.
La tercera se estrena a finales de marzo si mal no recuerdo y ahora que ya sé
quiénes son los protagonistas y he empezado a conocer la trama tendré que tener
cuidado al andar por Twitter o Tumblr y evitar la mayor cantidad de spoilers
con fotos promocionales incluidas. Ay, algo muy difícil tomando en cuenta que
casi todas las personas a las que sigo en Twitter son muy fans de la saga.
Tengo muchísimas ganas de verla en alta calidad así que probablemente me compre
los DVD’s en Sanborns porque frecuentemente los ponen en ofertas bestiales.
Ahora mismo los pueden comprar a mitad de precio y miércoles y jueves el envío
es gratis y por DHL. Les juro que Sanborns no me paga ni un centavo por andar
promocionando estas cosas (¡Ya quisiera!), pero para mí su servicio siempre ha
sido estupendo y mientas no me fallen estoy en paz con ellos.
En
serio, tengo que dejar de hablar tanto en mi blog. xD
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