![]() |
Entre Mazatlán-Escuinapa. |
Recuerdo
el abarrote de mi infancia en La Reforma, Angostura, el carro que pasaba
vendiendo tortillas, el señor amable del carrito de helados, la vecina
esquizofrénica que hablaba idiomas imposibles y la carnicería olvidada de al
lado. Recuerdo aquella pareja ciega que tuvo más hijos ciegos y vivían en una
casa pequeña, pobre y humilde a los pies de un árbol enorme que se rendía
perezoso ante su ceguera. Recuerdo el árbol de tamarindos en una bodega
destruida y el de naranjitas de la casa detrás de la nuestra; donde aprendimos
a escalar paredes para poder alimentarnos. Recuerdo los perros dálmatas de
nuestro vecino y su empeño en permitirnos jugar con ellos por unas horas.
Recuerdo mi escuela Leyes de Reforma, con Benito Juárez estampado en el escudo,
el amarillo intenso de la camisa de nuestro uniforme, y el enorme tanque de
agua que se elevaba metros y más metros sobre nuestras cabezas. Los desfiles
épicos del Día del Marino, las pirámides humanas que hacían los integrantes de
las Bandas de Guerra. Recuerdo lo mucho que se inundaban sus calles los días de
lluvia y el lodazal que permanecía en cada rincón del pueblo días después de la
tormenta. Ahí viví mi primer huracán, aquella vez que nos quedamos sin energía
eléctrica por días y tuvimos que acampar todo ese tiempo en la cochera de
nuestra casa para no morir de calor ahí dentro. Recuerdo que las noches más
estrellas de mi vida las vi ahí; en la frontera de toda civilización. En La
Reforma de mi infancia. Recuerdo
nuestros constantes viajes los fines de semana a Guamúchil, Angostura, a El Llano, a El
Bonete, a todos esos poblados con hectáreas y más hectáreas de interminables
sembradíos. De girasoles rindiéndole pleitesía al sol, de caminos arbolados
hasta el infinito. El amarillento color de los maíces sembrados; el frijol, los
tomates. Los caballos, las gallinas, las vacas, toros y ovejas. Recuerdo cómo
había veranos gentiles con el campo e inviernos implacables que quemaban la
siembra; y el humor de los campesinos cuando la cosecha no era demasiado buena.
Sus enormes banquetas, sus calles sin grafiti, la gentileza de la gente que te
saludaba por las calles sin conocerte.
Recuerdo
las calles de mi Guasave y el camino que mi hermana y yo recorríamos a diario de
regreso a casa. Los helados de vainilla afuera de la escuela Carmen Serdán, la
calle que vimos pavimentar y lo que nos encantaba jugar con los cerros de arena
cuando pusieron los nuevos conductos de agua. El inmenso patio de la escuela donde
se instalaban circos y helicópteros por igual, la frontera del Este donde vivía
un señor gruñón, la frontera del Oeste por donde se colaba el aire acondicionado
de Plaza Ley. La señora buena que vendía churros en la salida. El guardia
desconocidos que me ayudó a encontrar a mis papás aquel día que me perdí en el
centro comercial y creí que me habían abandonado. La tienda de la esquina y la
familia que la atendía. Mis últimos amigos. Las mañanas de invierno de bufandas
y guantes, y el calor reconfortante del carro de papá. El OVNI que pasaba
siempre a las 7 de la noche. El chupacabras, los balazos, el arroyo que se veía
desde el segundo piso y el pino gigante de navidad de la CFE que se veía desde
el 1 de diciembre. Los hot cakes del mercado y el chocomilk de las mañanas
después de ir a misa.
![]() |
Mazatlán, Sinaloa. |
Recuerdo
a diario mi odio hacia Culiacán en verano. Lo insoportable que resulta para mí
respirar su aire y caminar por sus calles. La pesadez de la gente y la pesadez
mía cuando el clima y los periódicos nunca traían portadas optimistas. Los
camioneros suicidas y la flojera de las mañanas por ir a la escuela. Las
personas sentadas en las escalinatas de la catedral y la mujer anciana que
pedía limosna todos los días a las afueras de un banco. El señor mayor que
vendía galletas a un lado de la escuela de Veterinaria junto a su perro. Su
precioso Jardín Botánico, su increíble Centro de Ciencias, su meteorito estelar
desafiando al planeta Tierra.
El
huracán y la geografía del terreno fue generoso con mi familia en Culiacán,
pero existen muchísimas (MILES) personas que no tuvieron esa suerte, para ellos
va mi solidaridad los días venideros. Para ellos va mi ayuda, y mis deseos y
mis esperanzas.
Ahora,
un mensaje para el resto: Estamos en septiembre, ¿qué mejor forma de conmemorar
el mes patrio que ayudando?
DIF Sinaloa dice que estas son las cosas que necesitan con mayor urgencia. En los
DIF de cada ciudad están recolectando estos víveres y ellos se encargarán de
saber a qué lugares enviarlos:
- Leche en polvo
- Agua embotellada
- Enlatados (como atún o maíz)
- Sopas instantáneas
- Harinas de trigo y maíz
- Alimentos no perecederos
- Gasas
- Vendas
- Desinfectantes de heridas
- Suero
- Alcohol
- Agua oxigenada
- Gel antibacterial
- Jabones neutros
- Pasta de dientes
- Cobijas
- Ropa
- Artículos de limpieza para el hogar (cubetas, franelas, escobas, cepillos, jabón)
- Artículos de higiene personal (papel sanitario, toallas femeninas, pañales)
Aquí encuentran una lista de todos los centros de acopio para víveres del estado de Sinaloa. Incluye la dirección de cada uno al igual que su número de teléfono. ¿Quieren mi consejo? Pregunten antes de donar, existen ciertos víveres que la gente lleva con mayor frecuencia que otros, si hay un exceso de esos productos es posible que tengan que deshacerse de ellos o dejarlos para darle preferencia a otros. O quizá nunca sean enviados. Ya sabemos que eso ha pasado antes y la gente se queja mucho por el desperdicio de productos.
El periódico Noroeste, por su parte, abrió sus oficinas en Escuinapa, Mazatlán y Culiacán para recibir donativos de sus habitantes, pero no mencionan qué clase de cosas necesitan. Por aquí la información.
Cáritas Culiacán pone a nuestra disposición esta información:
Y por último, la Cruz Roja Mexicana NO TIENE CENTROS DE ACOPIO EN ESTE ESTADO, así mismo lo han expresado en la página web de Sinaloa. Los únicos lugares donde están recibiendo víveres es en Tamaulipas, Guerrero y el DF; nada más. Sin embargo piden ayuda económica. El número de cuenta para donar es 0404040406 SUCURSAL 683 BANCOMER.
![]() |
Teacapán, Sinaloa. |
¡ÁNIMO, SINALOA! ¡SIEMPRE ADELANTE!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por dejar tu comentario! :)